sábado, 24 de noviembre de 2007

TRES FUENTES Y TRES PARTES, 2º Parte.


2º.- La razón de la revolución, su fundamento, centrado en el papel de las diversas clases sociales, en especial las concentradas en el Soviet de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos;

Lenin destaca la experiencia histórica para explicar la revolución de febrero de 1917. "Sin la revolución de 1905-1907, sin la contrarrevolución de 1907-1914, habría sido imposible una "autodefinición" tan precisa de todas las clases del pueblo ruso y de todos los pueblos que habitan en Rusia, la definición de la actitud de esas clases - de unas hacia otras y de cada una de ellas hacia la monarquía zarista - que reveló durante los 8 días de la revolución de febrero- marzo de 1917. Esta revolución de 8 días fue "representada", si puede permitirse la metáfora, como si se hubiera procedido con anterioridad a unos diez ensayos principales y secundarios; los "actores" se conocían, sabían sus papeles, sus puestos, ..."(Lenin, "Carta desde lejos, Primera carta. La primera etapa de la primera revolución") Zurich 7 (20) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 195, Editorial Progreso. 1976)

Lenin describe a los protagonistas desde el punto de vista de clases sociales: "Estos tres campos políticos, estas tres fuerzas políticas fundamentales son: 1) la monarquía zarista, cabeza de los terratenientes feudales, cabeza de la vieja burocracia del generalato; 2) la Rusia burguesa y terrateniente de los octubristas y los demócratas-constitucionalistas, detrás de los cuales se arrastraba la pequeña burguesía (cuyos representantes más señalados son Kerenski y Chjeídze); 3) el Soviet de diputados obreros, que trata de hacer aliados suyos a todo el proletariado y a todos los sectores pobres de la población..." (Lenin, "Carta desde lejos, Primera carta. La primera etapa de la primera revolución") Zurich 7 (20) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 197, Editorial Progreso. 1976)

"Si la revolución ha triunfado tan rápidamente y de una manera tan radical - en apariencia y a primera vista -, es únicamente porque, debido a una situación histórica original en extremo, se fundieron con "unanimidad" notable, corrientes absolutamente diferentes, intereses de clase absolutamente heterogéneos, aspiraciones políticas y sociales absolutamente opuestas. A saber: la conjuración de los imperialistas anglo-franceses, que empujaron a Miliukov, Guchkov y Cía. a adueñarse del poder para continuar la guerra imperialista, para continuarla con más encarnizamiento y tenacidad, para asesinar a nuevos millones de obreros y campesinos de Rusia a fin de dar Constantinopla ... a los Guchkov, Siria ... a los capitalistas franceses, Mesopotamia ... a los capitalistas ingleses, etc. Esto de una parte. De otra parte, un profundo movimiento proletario y de las masas del pueblo (todos los sectores pobres de la población de la ciudad y del campo), movimiento de carácter revolucionario, por el pan, la paz y la verdader libertad."( cursiva de Editorial. Lenin, "Carta desde lejos, Primera carta. La primera etapa de la primera revolución" ) Zurich 7 (20) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 199-200, Editorial Progreso. 1976)

"Sería necio hablar de "apoyo" por parte del proletariado revolucionario de Rusia al imperialismo demócrata-constitucionalista y octubrista, "amasado" con dinero inglés y tan repugnante como el imperialismo zarista" (obra citada, página 200).
"Porque la única garantía de la libertad y de la destrucción completa del zarismo es armar al proletariado, consolidar, extender, desarrollar el papel, la importancia y la fuerza del Soviet de diputados obreros." (Cursiva de editorial. obra citada página 203).
"Nuestra revolución es burguesa, decimos nosotros, los marxistas, y por eso los obreros deben abrir los ojos al pueblo para que vea la mentira de los politiqueros burgueses y enseñarle a no creer en las palabras, a confiar únicamente en sus propias fuerzas, en su propia organización, en su propia unión, en su propio armamento."
(Cursiva de editorial. Obra citada página 203-204).
Finalmente Lenin señala que con los aliados de los semiproletarios, pequeños campesinos de Rusia, y con el proletariado de todos los países beligerantes y de todos los países en general, "...el proletariado puede marchar y marchará primero a la conquista de la república democrática y de la victoria completa de los campesinos sobre los terratenientes, en lugar de la semimonarquía guchkoviano-miliukviana, y después al socialismo, pues sólo éste dará a los pueblos, extenuados por la guerra, la paz, el pan y la libertad."(Cursiva de editorial. Obra citada página 205-206).
Lenin señala luego que el Soviet de diputados y obreros no deben apoyar a un gobierno de guerra, al gobierno de la restauración, sino que debe "...organizar, ampliar y robustecer la milicia proletaria, armar al pueblo bajo la dirección de los obreros..." puesto que esto es "...resistencia seria a la restauración de la monarquía, a las tentativas de escamotear o de castrar la libertades prometidas..." y de esta manera además se asegura "...la conquista del pan, de la paz y de la libertad." (Lenin, "Carta desde lejos, Segunda carta. El nuevo gobierno y el proletariado" ) Zurich 22 (9) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 214, Editorial Progreso. 1976)

Lenin en "Carta desde lejos, Cuarta carta. "Como obtener la paz" ( Zurich 12 (25) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, 232 y siguientes, Editorial Progreso. 1976), recuerda su obra sobre "El imperialismo, fase superior del capitalismo" sobre la necesidad de guerra imperialista, de "rapiña y saqueo". De ahí que entienda imposible que un gobierno burgués comprometido pueda concluir la paz. "Hablar de la paz con los gobiernos burgueses es, en realidad, engañar al pueblo" (Cursiva de Lenin, obra citada página 235).
Sólo un gobierno obrero y de los campesinos pobres puede aplicar el programa de paz, que incluiría liberar a todas las colonias, a todos los pueblos dependientes oprimidos, que invitaría a un armisticio sin dilaciones y que declararía que sean sean los propios señores capitalistas los que paguen las deudas comprometidas a raíz de la guerra imperialista.


El soviet es igualmente descrito por Lenin en "Carta desde lejos, Tercera carta. "Acerca de la milicia proletaria" ( Zurich 11 (24) de marzo de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, 218 y siguientes, Editorial Progreso. 1976). Debe se considerado como órganos de la insurrección, como órganos del poder revolucionario (obra citada, página 223). En ese sentido señala la diferencia con los anarquistas "... la diferencia precisamente en la cuestión del poder, del Estado, consiste en que nosotros estamos por la utilización revolucionaria de las formas revolucionarias de Estado en la lucha por el socialismo, y los anarquistas están en contra." (Cursiva de editorial. Obra citada, página 223).
En ese sentido Lenin apela a la experiencia de la Comuna de París, a las enseñanzas de Marx y Engels en "La guerra Civil en Francia", en el prefacio de Engels a la tercera edición de esta obra, en las cartas de Marx del 12 de abril de 1871 y de Engels del 18-28 de marzo de 1875, y de la polémica de Kautski con Pannekoek sobre la problema de la "destrucción del Estado".


Un texto de Lenin de gran importancia se denomina "Las tareas del proletariado en la presente revolución" (Lenin, 4 y 5 (17 y 18) de abril de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 252 y siguientes, Editorial Progreso. 1976). Las resume en diez tesis. Explica que hubo en Rusia un primer paso de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía y que debe pasarse a la segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y las capas pobres del campesinado. Destaca el máximo de legalidad "(Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes)" y la ausencia de violencia contra las masas y "...la confianza inconsciente de éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo" (Cursiva de la editorial, obra citada, página 253).-
La Tesis 3 proclama "Ningún apoyo al Gobierno Provisional" para desenmascararlo, que es un gobierno de capitalistas.
Advierte que el partido se encuentra en minoría en los Soviets donde predominan los elementos pequeñoburgueses y oportunistas, socialistas populares y socialistas revolucionarios influenciados por la burguesía.
Propugna no una república parlamentaria, sino una república de soviets de diputados obreros, braceros y campesinos y por la supresión de la policía, del ejército y de la burocracia, "Es decir, sustitución del ejército permanente con el armamento general del pueblo" (Tesis 5, obra citada, página 254).
Además explica que en el programa agrario, debe trasladarse el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros, confiscar las tierras a los latifundistas, nacionalizar las tierras para que los Soviets locales de diputados braceros y campesinos dispongan, fusión de bancos del país en un Banco Nacional.
En la tesis 8 señala :"No "implantación" del socialismo como nuestra tarea inmediata sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros." (entrecomillados y letra cursiva de editorial).-
Más adelante explica que no es posible implantar el socialismo porque sería necesario "...que la mayoría de los diputados en todos los Soviets comprenda claramente hasta qué extremo son erróneas y nocivas la táctica y la política de los eseristas ......" ("Cartas sobre táctica, Carta I. Apreciación del momento" (Lenin, 8 y 13 (21 y 26) de abril de 1917) en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 273, cursivas de Lenin o Editorial).
En la Tesis 9 señala entre las tareas del partido la de reivindicar el Estado-Comuna y el de reformar el programa mínimo, ya anticuado.

En "Cartas sobre táctica, Carta I. Apreciación del momento" (Lenin, 8 y 13 (21 y 26) de abril de 1917) en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 263 y siguientes, Editorial Progreso. 1976) reivindica la teoría marxista para la actividad revolucionaria y lo resume en una frase de Engels expuesta en la carta a Sorge del 29 de noviembre de 1886: "Nuestra doctrina no es un dogma, sino una guía para la acción ".-
Significa que bajo la doctrina marxista debe comprenderse la realidad histórica del momento. Señala que el "paso del poder del Estado de manos de una clase a manos de otra es el primer rasgo, el principal el fundamental de la revolución, tanto en el significado rigurosamente científico como en el sentido político-práctico de este concepto. Por tanto, la revolución burguesa o democrática burguesa en Rusia ha terminado..(Cartas sobre táctica, Carta I. Apreciación del momento, Lenin, 8 y 13 (21 y 26) de abril de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 264, Editorial Progreso. 1976)
Insiste en que hablar solamente de la "dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de los campesinos" es rezagarse de la realidad. Dicha fórmula ya se ha realizado. Explica que ha resultado un entrelazamiento de lo uno y de lo otro, puesto que existen paralelamente, simultáneamente tanto el dominio de la burguesía como la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y del campesinado, que voluntariamente entrega el poder a la burguesía, convirtiéndose voluntariamente en apéndice suyo."..(Obra citada página 266).-
Explica más adelante que el paso del poder a la burguesía es real como la existencia de otro poder, accesorio, el que representa la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de los campesinos. El error para Lenin es que sin motivo alguno este poder paralelo ha cedido al poder burgués, por ello la fórmula de la revolución democrática burguesa ha envejecido. (obra citada página 271).

Lenin no es mecanicista en la apreciación de los acontecimientos y del papel de las clases sociales en la revolución. Critica la apreciación de los "viejos bolcheviques" respecto al campesinado al considerar a éste como "parte de una burguesía de otra capa, de otro género, de un carácter distinto" ("Cartas sobre táctica, Carta I. Apreciación del momento" (Lenin, 8 y 13 (21 y 26) de abril de 1917) en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 266). Señala que "...la realidad nos demuestra que el hecho de que los diputados soldados y campesinos, libremente elegidos, entran libremente a formar parte del segundo gobierno, del gobierno paralelo, complementándolo, desarrollándolo y perfeccionándolo también libremente. Y con la misma libertad entregan el poder a la burguesía: fenómeno que no "contradice" en lo más mínimo la teoría del marxismo, puesto que siempre hemos sabido e indicado reiteradamente que la burguesía se mantiene no sólo por medio de la violencia, sino también gracias a la falta de conciencia, la rutina, la ignorancia y la desorganización de las masas." (obra citada, página 267 cursiva y entrecomillado de la editorial). El campesinado tomará el poder, tomará la tierra, pero el programa agrario significará la escisión entre los jornaleros del campo y los campesinos pobres, por un lado y los propietarios campesinos por el otro.-
Admite la posibilidad de pacto del campesinado con la burguesía. Pero la toma de la tierra por el campesinado generará un conflicto con la burguesía que no desea la toma de las tierras y será una nueva etapa de la revolución democrática burguesa.-
Razona sobre la opción atribuida a la revolución de "saltar por encima" de la revolución democrático burgués, aún no terminada al estar trabada por el movimiento campesino - a la revolución socialista. Lenin insiste en otro punto de vista. No se admite otro poder distinto al de los soviets de soldados, obreros y donde prevalecen los campesinos y la pequeña burguesía.

Lenin subraya la importancia de la dualidad de poderes, como circunstancia peculiar revolucionaria en Rusia. Consiste "En que junto al Gobierno Provisional, gobierno de la burguesía, se ha formado otro gobierno, débil aún, embrionario, pero existente sin duda alguna y en vías de desarrollo: los Soviets de diputados obreros y soldados."("Dualidad de poderes." (Lenin, 9 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 276). Este poder lo compone "el proletariado y los campesinos, (con uniforme de soldado)". Es una dictadura revolucionaria, un poder que se apoya directamente en la conquista revolucionaria, en la iniciativa directa de las masas populares y no en una ley promulgada por el poder centralizado del Estado. Para Lenin esto último significa que es un poder originario de las mismas masas y no obtenido o concedido por las leyes aprobadas por la burguesía. Además insiste que es un poder del mismo tipo que la Comuna de París de 1871. El problema que este poder "pactando directa y voluntariamente con el Gobierno Provisional burgués y haciendo una serie de concesiones efectivas, ha cedido y cede sus posiciones a la burguesía."."("Dualidad de poderes." (Lenin, 9 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 278).


Respecto a la posibilidad de derribar al Gobierno Provisional burgués surgido en febrero de 1917, Lenin señala:
"Respondo: 1) Se le debe derribar pues es un gobierno oligárquico, un gobierno burgués, y no de todo el pueblo, un gobierno que no puede dar paz, ni pan, ni plena libertad; 2) no se le puede derribar inmediatamente, pues se sostiene gracias a un pacto directo e indirecto, formal y efectivo, con los Soviets de diputados, obreros, y, sobre todo, con el principal de ellos el Soviet de Petrogrado; 3) en general, no se le puede "derribar" por la vía habitual, pues se asienta en el "apoyo" que presta a la burguesía el segundo gobierno, el Soviet de diputados obreros, y es el único gobierno revolucionario posible, que expresa directamente la conciencia y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos. La humanidad no ha creado hasta hoy, ni nosotros conocemos, un tipo de gobierno superior ni mejor que los Soviets de diputados obreros, braceros, campesinos y soldados.
Para convertirse en poder, los obreros conscientes tienen que ganarse a la mayoría: mientas no exista violencia contra las masas, no habrá otro camino para llegar al poder. No somos blanquistas, no somos partidarios de la conquista del poder por una minoría. Somos marxistas, partidarios de la lucha proletaria clasista contra la embriaguez pequeño-burguesa, contra el defensismo chovinista, contra las frases hueras, contra la dependencia respecto de la burguesía.
Formemos un partido comunista proletario; los mejores militantes del bolchevismo han creado ya los elementos de ese partido;..."
"La burguesía defiende el poder único de la burguesía.
Los obreros conscientes defienden el poder único de los Soviets de diputados obreros, braceros, campesinos y soldados, el poder único que es necesario preparar esclareciendo la conciencia proletaria, emancipando al proletariado de la influencia de la burguesía, y no por medio de aventuras.
La pequeña burguesía - los socialdemócratas", los socialistas-revolucionarios, etc., etc. - vacila, entorpeciendo este esclarecimiento, esta emancipación.
Tal es la verdadera correlación de las fuerzas de clases, que determina nuestras tareas." ("Dualidad de poderes." (Lenin, 9 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos.Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 278-279).

En "Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario)" (Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 280 y siguientes) define las principales líneas de la estrategia revolucionario, tanto el contenido de clase de la situación revolucionaria que vive Rusia como en la posibilidad de acceder al poder político.-
"2. El poder del Estado ha pasado en Rusia a manos de una nueva clase: la clase de la burguesía y de los terratenientes aburguesados. En esa medida, la revolución democrática burguesa en Rusia está terminada."("Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario" Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 280).

"La burguesía instaurada en el poder ha formado un bloque (una alianza) con elementos manifiestamente monárquicos......que "no ha señalado siquiera el plazo de convocatoria de la Asamblea Constituyente. Deja intacta la propiedad terrateniente del suelo, base material del zarismo feudal".."Las carteras más importantes y decisivas del nuevo gobierno (los ministerios del Interior y de la Guerra, es decir, el mando del ejército, de la policía y de la burocracia, de todo el aparato destinado a oprimir a las masas) se hallan en manos de monárquicos notorios y de partidarios reconocidos de la gran propiedad terrateniente."("Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario" Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 281) El nuevo gobierno además continua la guerra imperialista.

"La dualidad de poderes no expresa más que un momento transitorio en el curso de la revolución, el momento en que ésta ha rebasado ya los cauces de la revolución democrática burguesa corriente, pero no ha llegado todavía al tipo "puro" de dictadura del proletariado y de los campesinos."("Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario" Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 284).

"Esta gigantesca ola pequeñoburguesa lo ha inundado todo, ha arrollado al proletariado consciente no sólo por la fuerza del número, sino también ideológicamente; es decir, ha arrastrado y contaminado con sus concepciones pequeñoburguesas de la política a grandes sectores de la clase obrera. En la vida real, la pequeñoburguesía depende de la burguesía: su vida es (por el lugar que ocupa en la producción social) la del propietario, no la del proletariado, y en su forma de pensar sigue a la burguesía." ("Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario)" Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 285).

Frente a esta situación de presencia ideológica y numérica de la pequeñoburguesía, Lenin plantea realizar "...una labor de crítica y esclarecimiento de los errores de los partidos pequeñoburgueses - el eserista y el socialdemócrata -, una labora de preparación y cohesión de los elementos del partido proletario consciente, del Partido Comunista, una labor de liberación del proletariado de la embriaguez pequeñoburguesa "general"."("Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario)" Lenin, 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, páginas 286). En ese sentido destaca que el dominio burgués se emplea por la violencia y en su defecto, como es el caso de Rusia en esos momentos, por la utilización del engaño y por la inconsciencia de las masas.
Como ejemplo de esa contaminación pequeñoburguesa Lenin destaca el defensismo revolucionario, es decir, la concepción por la cual debe continuar la guerra para la defensa de la patria. Este es fruto del engaño de las masas por la burguesía y por el interés de la pequeñoburguesía en las anexiones y en las ganancias bancarias. Frente a ello debe explicarse a las masas el carácter político de la guerra, los vínculos del capital con ella, su carácter imperialista. Debe explicarse que "Es imposible salir de la guerra imperialista, es imposible conseguir una paz democrática, una paz no impuesta por la violencia sin derribar el poder del capital y sin que el poder del Estado pase a manos de otra clase, del proletariado."(Entrecomillado y letra cursiva por Lenin, "Las tareas del proletariado en nuestra revolución, (proyecto de plataforma del partido proletario)" 10 de abril de 1917 en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 290).

Un gran capítulo aparte merece el papel del campesinado y la resolución sobre la tierra. Respecto al programa agrario, Lenin de entrada señala que no es posible saber con precisión cómo se desarrollará en un futuro próximo una poderosa revolución agraria. No es posible saber hasta dónde llega la división de clases del campesinado en braceros, obreros asalariados y campesinos pobres de un lado; y campesinos ricos de otro. No obstante como partido del proletariado debe presentarse un programa agrario. En él se exige la nacionalización de todas las tierras, que pasen al poder central de Estado. Lenin advierte que el sistema de la pequeña hacienda, existiendo la producción mercantil, no está en condiciones de liberar a la humanidad de la miseria de las masas ni de su opresión. Lo importante es que el campesinado se organice, controle la producción y no permita el deterioro de los bienes y vigilar el aumento de la producción (Resolución sobre el problema agrario, en la VII Conferencia de abril de toda Rusia del Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) de Rusia (Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 407 y siguientes).-

El soviet es de una peculiaridad de poder ejercido por obreros campesinos y soldados que se dio en Rusia y que no figura en otros estados burgueses. Eso es el primer paso hacia el socialismo (Informe sobre el momento actual, de 24 de abril de 1917 (7 de mayo de 1917) en la VII Conferencia de abril de toda Rusia del Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) de Rusia (Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, Editorial Progreso. 1976, página 366).


Pedro del Pino. 24 de noviembre 2007.


jueves, 1 de noviembre de 2007

Tres Fuentes 1º Parte

Sin mayores pretensiones interesaría que en esta sección se comentasen diversos textos de los clásicos marxistas. Ha pasado mucho tiempo desde el Manifiesto Comunista, en el que hemos podido apreciar procesos históricos revolucionarios, y acciones de pueblos y/o de gobiernos que han intentado forjar su propio destino y establecer su lugar en el mundo. También se han apreciado contrarrevoluciones, guerras, golpes de estados, que pretendían en definitiva vencer esas aspiraciones y encauzar la sociedad hacia destinos en definitiva conservadores. Hace tiempo estaba justificado reconocer una tendencia histórica hacia un futuro socialista, o al menos un futuro donde el alto desarrollo capitalista, el imperialismo, sería finalmente superado por caduco frente a las modernas sociedades pujantes con regímenes políticos económico-sociales que no se asentarían exclusivamente en los beneficios obtenidos del trabajo ajeno. Estos regímenes facilitarían el acceso a la titularidad general o decisión libre no condicionada sobre los medios de producción y garantizarían una justa distribución de la riqueza. Entonces se comentaba sobre una lucha de clases a nivel mundial y dos sistemas fundamentales opuestos: el capitalismo y el socialismo.-
Con la caída de los regímenes en los países del bloque socialista desde hace más de veinte años, esa percepción histórica referida se ha derrumbado. Aunque es evidente que el capitalismo no ha solucionado la distribución justa de la renta. Tampoco ha significado un desarrollo económico y social a nivel mundial ni una mejora sustancial en todas las sociedades supuestamente incluidas en la economía global. Es posible que las diferencias entre los pueblos no sólo no fue superado sino que hasta incluso se ha ahondado más que antes. Desde varios sectores de la sociedad se intenta encontrar una explicación al actual momento en el que vivimos puesto que muchas circunstancias realmente nos desconciertan. Se pretende concluir que el materialismo histórico no es válido para explicar los procesos y el desarrollo de los acontecimientos actuales, o que las clases sociales como tales ya casi no existen. Se pretende hacernos creer que es casual que volvamos a las guerras de religión como se manifestaban en la Edad Media o que el hambre constituye tan sólo un capricho de gobernantes o consecuencia de la conducta de líderes corruptos o incompetentes; sin que tampoco sea de satisfacción recaer toda la culpa en occidente.
Sin embargo no resulta del todo convincente limitarnos a observar la realidad mundial actual sin dar explicaciones o que nos aprendamos los análisis de periodistas o de diplomáticos comprometidos o formados bajo otros valores. Tampoco seduce la idea de identificar como avanzado el analizar los hechos apenas en su conjunto, como producto exclusivo de voluntades personales o por capricho de las circunstancias. Por el contrario, puede ayudarnos a mantener una perspectiva histórica sólida si procedemos a releer diversos textos, fundamentalmente de Marx, Engels y de Lenin aunque superen el siglo de vida en las bibliotecas. No pretendemos convertirnos en expertos, pero al menos resulta gratificante conocer o reencontrarnos con estos autores, comentar sus escritos, estimular y animarnos en su lectura, en definitiva debemos acudir directamente a las fuentes.
Tres fuentes y tres partes aluden a los pilares básicos del marxismo: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo utópico francés.-
No se busca organizar ningún curso acelerado de marxismo y por ello no se pretende seguir un orden preestablecido de lectura de textos. No hay ninguna otra finalidad más allá que la de compartir el estímulo por la lectura de esos autores. Además, una vez familiarizados con estos autores, es posible que hasta tengamos la tentación de releerlos. No olvidemos que el marxismo constituye una herramienta para explicar la historia, la filosofía, la economía, la sociedad.-


REVOLUCIÓN RUSA de 1917

El 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre de 1917 en el calendario gregoriano) se cumplen 90 años de la revolución rusa.
Es una oportunidad para releer a uno de sus protagonistas: Vladímir Ilich Ulianov, conocido por Lenin (Simbirsk, 1870 - Gorki, 1924). Evidentemente hay otros participantes que han escrito también sobre dicho período. Pero la mayoria de sus elaboraciones se han publicado posteriormente a dicho acontecimiento y dentro de otro contexto bien diferente (por ejemplo Trotski "Lecciones de octubre", setiembre de 1924, Stalin, "La Revolución de Octubre" diciembre 1924, Bujarin y su discurso en diciembre de 1924 en "Acerca de la Teoría de la Revolución Permanente", Zinoviev "El leninismo").-
Sin perjuicio de explicar el proceso y los escritos de Lenin comentándolos de forma concatenada, a la luz de la lucha de clases, y cómo se desarrollan los acontecimientos hasta que da lugar a la revolución en noviembre (25 de octubre de 1917), podemos detenernos y destacar cuatro grandes aspectos, aunque éstos casi siempre se combinan en varios de los mismos escritos:
1º.- Carácter de la revolución de febrero de 1917 que dio lugar al gobierno de Kerenski.
2º.- La razón de la revolución, su fundamento, centrado en el papel de las diversas clases sociales, en especial las concentradas en el Soviet de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos.
3º.- Las vías de la revolución, la insurrección.
4º.- El concepto de Estado que se pretende construir con la revolución.

Se aprecia que todos estos aspectos son desarrollados por Lenin sin olvidar jamás la doctrina marxista. Lenin no es un oportunista y siempre busca fundamentar sus puntos de vista y su estrategia comentando a Marx y a Engels.-

Muchos de sus escritos sobre este período se encuentra en Lenin, "Obras Escogidas en Doce Tomos" Tomo VI (julio de 1916 - julio de 1917) Editorial Progreso. 1976.-
En este Tomo destacamos a "Las tareas del proletariado en la presente revolución" (Lenin, 4 y 5 (17 y 18) de abril de 1917, Obra citada página 252 y siguientes), conocidas como las Tesis de Abril. Igualmente encontramos otros textos de interés y a los que nos referiremos-
Una obra de singular importancia por la concentración de casi toda la teoría leninista es "El Estado y la Revolución", de julio y agosto de 1917. (Editorial Progreso 1976) y donde lógicamente define de manera fundamental el cuarto aspecto que pretendemos comentar.-
Finalmente donde se explica la teoría marxista-leninista sobre la revolución rusa, y se analiza con soltura los textos más relevantes de Lenin (incluido por ejemplo "Qué hacer?" escrito en 1901-1902) es en la Parte I de "Lenin, la revolución y América Latina" de Rodney Arismendi. Resulta didáctico y es útil tanto para estimular a leer a Lenin como para repasar la obra y los conceptos de éste si uno ya lo ha leído anteriormente.
A continuación reproduciremos algunos pasajes de los escritos de Lenin sobre la Revolución Rusa situado en esos momentos. La letra cursiva es propio de Lenin tal como se exhibe por la Editorial Progreso.


1º.- Carácter de la revolución de febrero de 1917 que dio lugar al gobierno de Kerenski;

Lenin es persistente en distinguir por un lado el carácter, el sentido o tendencia de una revolución, definido por la clase social relevante en el desarrollo económico social que experimenta con esa revolución; y por otro lado sus autores o protagonistas expresados en su participación y en medio de lucha empleado.
"El medio principal de esta transición fue la huelga de masas. La peculiaridad de la revolución rusa estriba precisamente en que, por su contenido social, fue una revolución democrática burguesa, mientras que, por su medios de lucha, fue una revolución proletaria. Fue democrática burguesa, puesto que el objetivo inmediato que se proponía, y que podía alcanzar directamente con sus propias fuerzas, era la república democrática, la jornada de 8 horas y la confiscación de los inmensos latifundios de la nobleza: medidas todas ellas que la revolución burguesa de Francia llevó casi plenamente a cabo en 1792 y 1793.
La revolución rusa fue a la vez revolución proletaria, no sólo por ser el proletariado su fuerza dirigente, la vanguardia del movimiento, sino también porque el medio específicamente proletario de lucha, la huelga, fue el medio principal para poner en movimiento a las masas y el fenómeno más característico del desarrollo, en oleadas crecientes, de los acontecimientos decisivos. (Lenin, "Informe sobre la Revolución de 1905" ) 9 y 22 de enero de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 196 - julio de 1917, página 170, Editorial Progreso. 1976).
En este informe Lenin destaca el despertar del movimiento campesino en la lucha no sólo económica sino también política. Además asigna importancia al período de insurrecciones militares, como el Acorazado del Príncipe Potemkin, de la Flota del Mar Negro, tomando parte en la revolución de Odesa.
Lenin compara la insurrección militar de los decembristas en 1825 y la revolución rusa de 1905. En la primera la dirección política se encontraba en manos de oficiales nobles, mientras que la tropa estaba formada por campesinos siervos, que permanecía pasiva.
Por el contrario en 1905, los oficiales estaban influenciados por un espíritu liberal burgués reformista o eran abiertamente contrarrevolucionarios. Los obreros y campesinos fueron el alma de la insurrección. (Lenin, "Informe sobre la Revolución de 1905") 9 y 22 de enero de 1917, en Obras Escogidas en Doce Tomos. Tomo VI julio de 1916 - julio de 1917, página 177, Editorial Progreso. 1976).
Para Lenin lo que faltó al movimiento revolucionario de 1905 fue "firmeza y resolución en las masas, que adolecían de un exceso de confianza" y además "faltó la organización de los obreros revolucionarios socialdemócratas que se hallaban bajo las armas; no supieron tomar la dirección en sus manos, ponerse a la cabeza del ejército revolucionario y pasar a la ofensiva contra el poder gubernamental" (página 177 obra citada).-


Pedro del Pino. 1º de Noviembre 2007

viernes, 7 de septiembre de 2007

“En Rusia el problema solo podía ser planteado, no podía ser resuelto en Rusia”. Rosa Luxemburgo.

Durante la contrarrevolución que inundó el mundo, tras de los años revolucionarios de 1917-23, creció un mito alrededor del Bolchevismo. Lo describía como un producto específico del “atraso” ruso y de la barbarie asiática. Los sobrevivientes de las Izquierdas Comunistas alemana y holandesa, profundamente desmoralizados por la degeneración de la Internacional y la muerte de la Revolución Rusa, mantuvieron una posición semi-menchevique que afirmaba que el desarrollo burgués en Rusia en los años 20 y 30 era inevitable, ya que Rusia estaba inmadura para el comunismo; al tiempo que definían al bolchevismo como una ideología de la “inteligencia” la cual buscaba solamente la modernización capitalista de Rusia y había llevado a cabo una revolución “burguesa” o “capitalista de Estado” apoyándose en un proletariado inmaduro y ocupando el lugar que le correspondía a una burguesía impotente.
Toda esta teoría era la revisión total del carácter genuinamente proletario de la Revolución Rusa y del bolchevismo, y la muestra de cómo muchos comunistas de izquierda repudiaron su propia participación en el drama heroico que había comenzado en octubre de 1917. Pero como todos los mitos, éste contenía un grano de verdad. El movimiento obrero, aunque fue fundamentalmente un producto de las condiciones internacionales, contenía también rasgos específicos derivados de las particularidades nacionales e históricas. Hoy por ejemplo, no es casual que el movimiento comunista que renace se haga fuerte en varias partes del mundo excepto en los países del bloque post soviético. Esto es producto de la manera específica en que se han desarrollado los hechos históricos de los últimos 80 años y, en particular, de la manera en que la contrarrevolución capitalista se ha organizado en diferentes países. De forma similar, cuando examinamos el movimiento revolucionario en Rusia, antes y después de la insurrección de Octubre, aunque la esencia de ese movimiento únicamente se puede comprender en el contexto del movimiento obrero internacional, observamos que algunos de sus aciertos y debilidades pueden explicarse si se los relaciona con las particulares condiciones existentes en aquel período en Rusia.
En muchos casos, las debilidades del movimiento revolucionario ruso eran simplemente la otra cara de lo que fue su fuerza. La capacidad del proletariado ruso de orientarse muy rápidamente hacia una solución revolucionaria de sus problemas estaba determinada en gran parte por la naturaleza del régimen zarista. Autoritario, decrépito, incapaz de erigir “amortiguadores” estables contra la amenaza proletaria el sistema zarista logró que cualquier intento de defenderse que hiciese el proletariado acabara enfrentándole inmediatamente a las fuerzas represivas del Estado. Al proletariado ruso, joven pero altamente concentrado y combativo, no le fue nunca dado el tiempo ni el espacio político como para desarrollar en su seno una mentalidad reformista que le hubiera llevado a identificar la identidad de sus intereses materiales inmediatos con la sobrevivencia de su “patria”. Al proletariado ruso le era también más fácil rechazar cualquier identificación con el esfuerzo de guerra zarista después de la barbarie de 1914 y ver, en la destrucción del aparato político zarista, la condición previa a su propio avance en 1917. A grandes rasgos, y sin pretender establecer aquí una conexión demasiado mecánica entre el proletariado ruso y sus minorías revolucionarias, estos elementos de fuerza del proletariado ruso fueron uno de los factores que permitieron a los bolcheviques ponerse a la cabeza del movimiento revolucionario mundial tanto en 1914 como en 1917, con su clamorosa denuncia contra la guerra y afirmando, sin compromisos, la necesidad de destruir la máquina del Estado burgués.
Pero, como ya he dicho, estos puntos fuertes tenían también sus debilidades y la inmadurez de este proletariado, su falta de tradiciones organizativas, la brutalidad con la que fue empujado a una situación revolucionaria, fue dejando importantes lagunas en el arsenal teórico de sus minorías revolucionarias. Es significativo, por ejemplo, que las críticas más apropiadas y profundas a las prácticas reformistas de la social democracia y de los sindicatos, empiezan a ser elaboradas precisamente donde esas prácticas estaban más arraigadas: en países como Holanda y Alemania. Fue allí, en vez de en Rusia donde el proletariado luchaba todavía por derechos parlamentarios y sindicales, donde el peligro de los hábitos reformistas fue comprendido, desde el primer momento, por los revolucionarios. Por ejemplo, los trabajos de Antón Pannekoek y del grupo holandés Tribune, en los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, contribuyeron a preparar el terreno para la ruptura radical de los revolucionarios alemanes y holandeses con las viejas tácticas reformistas, después de la guerra. Lo mismo hay que decir de la fracción abstencionista de Bordiga en Italia. Por el contrario, los bolcheviques jamás comprendieron realmente que el período de las “tácticas” reformistas había acabado para siempre con la entrada del capitalismo en su período de agonía, en 1914; los bolcheviques nunca comprendieron plenamente todas las implicaciones que para la estrategia revolucionaria quedaban abiertas con la nueva época. Los conflictos sobre tácticas sindicalistas y parlamentarias que desgarraron a la Internacional Comunista después de 1920 se debieron, en gran parte, a la incapacidad del Partido ruso de comprender a fondo las necesidades del nuevo período. Sin embargo, esa incapacidad no estaba totalmente circunscrita al liderazgo bolchevique: se reflejaba también en el hecho de que las críticas del sindicalismo, del parlamentarismo, del sustitucionismo y de los otros rezagos socialdemócratas hechas por la Izquierda comunista rusa, nunca tuvieron el mismo nivel de claridad que las holandesas, alemanas e italianas. Debemos matizar esta observación comprendiendo el contexto internacional de la revolución. Las debilidades teóricas del Partido bolchevique no eran definitivas, debido precisamente a que se trataba de un partido proletario genuino, abierto por lo tanto a los nuevos desarrollos y comprensiones surgidas de una lucha proletaria en su fase ascendente. Si la revolución de Octubre se hubiese extendido internacionalmente, estas debilidades se habrían podido superar. Si las deformaciones socialdemócratas del bolchevismo acabaron por cristalizarse y convertirse en un obstáculo fundamental al movimiento revolucionario fue debido a que la revolución mundial cayó en un reflujo y el bastión proletario de Rusia acabó paralizado por su aislamiento. La rápida caída de la Internacional Comunista en el oportunismo se debió en gran parte a la influencia del Partido ruso dominante y entre otras cosa fue el resultado de los intentos bolcheviques de buscar un equilibrio entre las necesidades de sobrevivir de Estado soviético y los intereses internacionales de la revolución. Este esfuerzo se hizo tanto más contradictorio cuanto más retrocedía la ola revolucionaria; el intento fue abandonado finalmente al triunfar el “socialismo en un solo país”, que significó la muerte de la Internacional Comunista y coronó la victoria de la contrarrevolución en Rusia. Si el tremendo aislamiento del bastión ruso fue lo que en última instancia impidió al Partido Bolchevique superar sus errores iniciales, también obstaculizó el desarrollo teórico de las fracciones de la Izquierda Comunista que se separaron del Partido ruso en degeneración. La Izquierda rusa, aislada de las discusiones y los debates que aún mantenían las fracciones de Izquierda en Europa y sometida a la represión implacable de un Estado cada vez más totalitario, tendía a hacer una crítica formal de la contrarrevolución rusa y rara vez llegó a discernir las raíces profundas de la degeneración. La absoluta rapidez y novedad que acompañaron a la experiencia rusa iban a dejar a una generación entera de revolucionarios en una confusión total sobre lo que allí había pasado. Fue en las décadas de los 30 y 40 cuando, entre las fracciones comunistas que habían sobrevivido a la degeneración, empieza ha aparecer un enfoque coherente de lo ocurrido. Pero a esa comprensión llegaron sobre todo los revolucionarios de Europa y América; la Izquierda rusa estaba demasiado metida y apegada a la totalidad de aquella experiencia como para elaborar un análisis global y sobre todo objetivo del fenómeno. Por tanto, no podemos sino coincidir con el análisis que se hizo en su momento en Internationalism: “La contribución que ha perdurado de estos pequeños grupos que trataban de comprender la nueva situación, no ha sido la de captar en su totalidad el proceso del capitalismo de Estado desde sus comienzos, ni tampoco la de presentar un programa totalmente coherente con el que relanzar la revolución. No, su contribución radica en que dieron la alarma, en que estuvieron entre los primeros que, proféticamente, denunciaron el establecimiento de un régimen de capitalismo de Estado. Su legado al movimiento obrero está en haber dejado la prueba política de que el proletariado ruso no sucumbió en silencio”. (J. Allen: “Una contribución a la cuestión del capitalismo de Estado” en Internationalism, nº 6)
En la próxima entrega trataremos de desarrollar ¿Que es la izquierda Comunista?

Gustavo Alvarez.

miércoles, 29 de agosto de 2007

REFLEXIONES

REFLEXIONES, 1
por Juan González

“La vida a costa del trabajo ajeno, será cosa del pasado.”
Marx


En el impresionante cementerio londinense de Highgate se encuentra la tumba de Karl Marx dominada por un bronce de la cabeza del revolucionario alemán. El autor del mismo lo dota de una mirada penetrante para indicar la extraordinaria inteligencia que poseyera en vida. En la parte inferior de la lápida está escrita la tesis once sobre Feurbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
A ninguno de quienes nos consideramos marxistas se nos escapa la importancia de los sucesos que significaron y significan la caída del campo socialista en Europa. El retroceso de una experiencia de millones de hombres y mujeres que daría como resultado la edificación de una sociedad con unas relaciones sociales de producción distintas a todas las que conoció la humanidad y en la que no existiría por primera vez en la historia, la explotación del hombre por el hombre y cuyo resultado final sería la desaparición de las clases sociales y con ello la apertura de una nueva y diferente época histórica.
Es inevitable abordar estos sucesos para saber que es lo que aconteció, pero debemos afrontarlos desde la estructura interna del marxismo, debemos en primer lugar saber que es lo que se dio entre aquello que reside en el área de lo teórico en su relación con la práctica histórica. Debemos saber cual es el grado de afectación, si lo hubiere, de los elementos teóricos para saber si el enunciado anterior de abordaje es posible o no.
En este caso, como en otros muchos, lo fundamental es el acierto en las preguntas, porque su mismo enunciado infiere la discrecionalidad de las respuestas. El inquirir que es prioritario preguntar y que es secundario condicionará sin duda todo el edificio que queremos descubrir.
Es lugar común el negar la cientificidad del marxismo, o como máximo permitir su capacidad interpretativa sobre la sociedad capitalista. También y siempre en menor medida sobre la comprensión de las formaciones sociales que la precedieron. Se critica la forma inadecuada de la teoría marxista de solventar sus predicciones equivocadas y también su modo de dar respuesta a los sucesos que supuestamente no iban a suceder; se critica además su no capacidad de incorporar a la teoría aquellos asertos que inevitablemente devendrían de sus errores. En definitiva se pone en cuestión en mayor o menor medida las herramientas lógicas que el marxismo utiliza en el análisis. Se crítica el materialismo histórico por su equivocada y siempre utópica predicción de la sociedad socialista como resultado de las contradicciones imperantes entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. Y de ahí, de forma elegante, se deduce la acientificidad del marxismo por la búsqueda de este de explicaciones que justifiquen esta “equivocada” predicción sin romper con toda su estructura teórica.
Desde un tiempo a esta parte se nos habla del final de la historia y que esta llegó a su fin como sucesión de diferentes formaciones económico-sociales, referido esto como: “el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y a la universalización de la democracia liberal occidental como forma final del gobierno humano”. Todos aquellos que han detentado el poder económico en cualquier época histórica, y sus epígonos, han pretendido hacer del orden económico-social existente un hecho ahistórico y eterno. Olvidando intencionadamente que surge en el devenir de la historia y es fruto de circunstancias determinadas, y que en si mismo lleva el germen de su finitud y cambio. Pretenden negar así la base lógico-analítica y racional del marxismo.
Es obvio que todo este andamiaje ideológico tiende a afirmar la supremacía del capitalismo y a explicar que no solo es la sociedad donde lo racional se hace real sino que no hay alternativa a la misma. Que es vano creer en la lucha por una sociedad sin clases puesto que al proponerla se hace desde fuera de la historia y de de la razón, pretendiendo también de esta forma hacer sucumbir el componente ético del marxismo. Se insiste en que las herramientas de análisis, tanto la lógica dialéctica como el materialismo histórico no son capaces de conocer lo objetivo real lo suficiente como para intentar explicar como será el desarrollo de las sociedades humanas, que la interpretación marxista del hombre social no es válida porque las herramientas en las que se asienta no son científicas. Así se intenta impedir el uso de estas herramientas en su capacidad revolucionaria de transformación de la realidad. No valen para interpretar la realidad, por ende tampoco para transformarla. No se conforman con que Marx esté en su tumba sino que quieren también matar su epitafio.

continúa

A modo de introducción, presentación.

Cuando se habla de la oposción revolucionaria a la degeneración de la Revolución Rusa o la de la Internacional Comunista, se suele entender, por lo general, que se hace referencia a la Oposición de Izquierda dirigida por Trotsky y otros líderes bolcheviques. Es más, la crítica totalmente inadecuada de ambas - hecha con mucho retraso por aquellos que jugaron un papel activo de esa degeneración- es considerada como el principio y el fin de toda oposición, tanto dentro de Rusia como de la Internacional. Sin embargo, la crítica mucho más profunda y consecuente llevada a cabo por los "Comunistas de Izquierda" bastante antes de formarse la Oposición de Izquierdas en 1923, o es ignorada o se describe como los delirios de lunáticos sectarios alejados de la "realidad". Esta deformación del pasado es simplemente una expresión de la amplia influencia de la contrarevolución que se impuso tras años de lucha revolucionaria que concluyeron en los años veinte. Esta manipulación de la realidad va a servir siempre a los intereses de la contrarevolución capitalista para ocultar o deformar la historia y las tradiciones genuinamente revolucionarias de la clase obrera y sus minorías comunistas.
La burguesía intenta de esta forma oscurecer la naturaleza histórica del proletariado, de la clase destinada a llevar a la humanidad al reino de la libertad. Contra esta deformación del pasado los revolucionarios deben afirmar y examinar las luchas históricas del proletariado, no por el interés propio de los recopiladores de la historia sino porque la experiencia pasada de la clase proletaria forma parte, con sus actividades presentes y futuras, de una cadena sin solución de continuidad y porque únicamente comprendiendo el pasado se puede comprender el presente y aproximar el futuro. Pretendo que la segunda entrega que tratará sobre la Izquierda Comunista en Rusia, ayude a arrancar un capítulo importante de la historia del movimiento comunista de las deformaciones con las que ha sido narrada por la historiografía burguesa, ya sea esta académica o de izquierdista. Pero sobre todo dar una impresión sobre las lecciones de luchas, derrotas y victorias de la Izquierda Rusa, lecciones que tienen un papel vital en la reconstitución del movimiento comunista del presente.
Gustavo Alvarez.